Los seguidores del desaparecido Rey Lagarto, nunca olvidan el 3 de julio, fecha en que desapareciera el mítico cantante de la banda de rock más significativa de su tiempo, The Doors, un grupo que trascendió en su género por la poesía de sus letras, acompañadas del teclado inolvidable de Ray Manzarek, un virtuoso tecladista que supo reconocer en Jim a un inigualable artista.
El rastro de los últimos pasos de Morrison desparecido a la misma edad que Jimi Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones o Kurt Cobain, dejó a París surtido de lugares vinculados al Rey Lagarto y venerados casi hasta el misticismo cada 3 de julio.
El mito de los artistas desapercidos a la misma edad como lo fueron Brian Jones, Kurt Cobain, Janis Joplin o el reconcoido Jimi Hendrix, persiste aún en la actualidad donde los artistas especialmente rockeros, suelen encontrar como el momento idóneo de partir y dejar su legado. Jim Morrison encontró en Paris su última estadía, y envuelto en mitos y leyendas sobre la forma de su desparición es recordado en el cementerio de Paris por cientos y miles que llegan desde distintos países a brindarle un homenaje bastante peculiar, desde sustancias prohibidas hasta poemas, fotos, velas, canciones, indumentarias acordes al Rey Lagarto, como cariñosamente se le denominaba.
Este domingo, en la parisina sala Bataclan, el teclista y el guitarrista de la banda ofreció un concierto homenaje a la leyenda de Jim Morrison bajo el nombre de Ray Manzarek & Robby Krieger of The Doors aunque no participó John Densmore, batería del grupo original.
El atista, poeta, cantante y actor Jim Morrison fue el responsable de inolvidables canciones que estremecieron la escena del rock como: The End, Break On Through o Touch Me, People Strange, Riders on the Storm, Spanish Caravain, Hello I love you, Strange Days, The unknown soldier, entre algunos de sus inmortales éxitos.
Protegidos por una valla metálica en la división seis del cementerio del Père-Lachaise, allí se congregan sus adeptos, que a menudo declaman poemas, hacen fotografías o colocan botellas de bourbon junto a la célebre lápida, mucho más frecuentada que los vecinos lechos del escritor Oscar Wilde, la soprano Maria Callas o el compositor Frédéric Chopin.
Muchos deambulan creyendo ver a su ídolo por las sombrosas calles de Paris, acuden a conseguir algún suvenir que poder mirar y colocarlo en algún lugar muy especial de su casa, acuden para encontrar una particular inspiración sobre lo mítico y lo real, dedican horas a recorrer cada calle aledaña imaginando escenas protagonizadas por su querido ídolo.
Por ejemplo, algunos lugares de atracción están decorados con sillones de cuero y engalanado con gigantescas efigies de Morrison y su grupo, uno de ellos es el Lézard King Bar donde se proponen especiales como Light My Fire o Strange Days, en honor a las canciones del mítico vocalista, Christophe Maillet, el propietario del lugar decidió usar varios de los nombres de sus canciones y el apelativo del artista, aunque los integrantes de la banda le demandan el no haber recurrido a los trámites legales necesarios para usar esos nombres.
Uno de los mayores fetiches de Morrison grabados en las calles de París es el número 17 de la rue de Beautreillis, un inmueble haussmaniano de cinco alturas cercano a la Plaza de los Vosgos., el cual es el último lugar donde habitó los cuatro meses que logró residir en la ciudad de París y donde fue visto por última vez.
La leyenda creció cuando empezaron a afirmar que esta vivo y que cambió su identidad para poder vivir lejos de su popularidad, aunque ya estaría avanzado en años, pero muchas son meras especulaciones propias de la adoración de sus fanáticos alrededor del mundo.
La imagen del hombre que llegó a parís no era la del chico sensual, atractivo y provocador con la que conquistó al mundo y enloqueció a las chicas del planeta, auwrl chico poeta que frenético hacía movimientos impresionantes en sus pantalones de cuero ajustados, el cual pudo a través de un grupo recorrer el mundo psicodélico y alucinante de los setentas. El aniversario numero cuarenta de su desaparición ha significado un dramático encuentro cargado de nostalgias, recuerdos, leyenda y misticismo.
Un año antes de marzo del 71, cuando Jim Morrison, llegó a Francia, tuvo problemas legales por conducta inapropiada durante uno de sus conciertos de Miami, donde hizo declamaciones ofensivas a la ley, auqnue por le pago de una significativa fianza de cincuenta mil dólares logró evitar ser encarcelado. Jim Morrison se refugió en París con su novia Pamela Courson, quien poco después le encontrara en su última morada (una bañera).
Para muchos miles y moiles de fanáticos fieles alrededor del mundo Jim Morrison sigue siendo aquel estudiante de cine la Universidad de Los Ángeles (UCLA) que a los 21 años fundó el grupo más famso d su época The Doors y con el que llegó a deslumbrar como lo más selecto del rock!
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